Al enterarnos de nuestra colaboración con MetLife, comprendimos que nuestra labor iría más allá de simplemente colocar una imagen de Snoopy. Nuestro objetivo era crear un vínculo emocional que uniera a los miembros de la empresa con la marca, haciendo que el icónico Beagle cobrara vida de una manera tangible. Aprovechamos el poder de las redes sociales para cumplir nuestro propósito. Fue entonces cuando transformamos a Snoopy en algo personal, permitiendo a las personas acercarse, tocarlo y llevar consigo una imagen cargada de un sentimiento genuino: el sentimiento de pertenencia.